La finca
productora de café Concepción de María, es un pequeño y fresco paraíso en medio
del clima algo caluroso de las ciudades que le rodean, razón por la que se ha
convertido en un atractivo turístico del municipio más pequeño de Nicaragua,
Dolores, en el departamento de Carazo.
Esta finca,
con 42 hectáreas de extensión, es una de las pocas que sobrevivieron al
desastre ambiental del Plan Conarca para combatir la roya en 1979, que implicó
la destrucción de casi 14,500 manzanas de bosque, lo que cambió de la noche a
la mañana el clima de Carazo, explica Aldo Rappaccioli, propietario de
Concepción de María.
“Este lugar
ha sido un ejemplo de cómo se puede recuperar el clima, pues aquí se ha sacrificado
la producción de café, por el bosque”, afirma Rappaccioli, quien junto a su
esposa Consuelo Chamorro y sus hijos han logrado revertir el daño ambiental y
abrir un espacio agradable para el turismo.
Hace casi
treinta y cinco años, al ser arrasado el bosque de esta zona, los riachuelos se
secaron, los animales silvestres huyeron en busca de refugio, las aves volaron
lejos y algunos árboles --de los pocos que quedaron en pie-- fueron talados por
leñadores furtivos.
Después de
un largo y paciente proceso de reforestación, emprendido por doña Consuelo y su
esposo Aldo, la finca se ha llenado nuevamente de verdor y vida, al punto que
especies animales que habían desaparecido del lugar, han regresado a repoblar
los bosques de la zona. Ahora es común ver, en senderos y en árboles, la
presencia de garrobos, iguanas verdes, ardillas, conejos, cusucos, gatos
ostoche, ranitas verdes de ojos rojos, guardatinajas, mariposas y múltiples
aves migratorias y residentes.
Algo
sorprendente es que el agua, que se había secado por el despale, fluye en la
cañada y cuando hay buen invierno permanece como un río, manteniendo la humedad
y vitalidad del bosque, que a su vez protege el manto acuífero. Eso da más
oxígeno al municipio de Dolores.
Todo esto
ha llamado la atención de biólogos, investigadores de la naturaleza,
estudiantes universitarios y turistas nacionales y extranjeros que han visitado
el lugar, de donde salen impresionados tras la experiencia de caminar por un
exuberante bosque que da protección al cafetal y refugio a una fauna variada.
En el
inventario animal de la reserva aparecen 59 especies de aves, 9 de mamíferos,
16 de reptiles, 7 de anfibios y 137 tipos de insectos.
Visitantes de varios continentes
La
conservación del bosque y las buenas prácticas productivas le concedieron a la
finca Concepción de María una excelente calificación otorgada por Rainforest
Alliance, así como el reconocimiento del Ministerio del Ambiente y Recursos
Naturales, Marena, como Reserva Silvestre Privada, incorporándola a la Red de
Reservas Privadas y al Corredor Biológico Mesoamericano. Ahora, esta finca es
un punto de referencia en el mapa ecológico de Nicaragua.
Pero como
los turistas no se conformaron con visitar la reserva solo por el día y
empezaron a demandar un albergue para poder pasar la noche allí, hubo que
darles una respuesta. “Así nació la idea de construir un pequeño hotel para
albergar a los que quieran descansar, disfrutar y compartir con su familia en
medio de un ambiente fresco y natural”, relata doña Consuelo.
Así, en la
reserva funciona el D’Santos Hotel Boutique, con capacidad para 18 personas en
7 habitaciones con servicios de calidad: agua caliente, TV por cable e internet
inalámbrico, entre otros.
La finca
Concepción de María ha sido visitada por turistas de Canadá, Italia, Alemania,
Israel, Japón, Rusia, Estados Unidos, Sudamérica y resto de Centroamérica,
quienes además de recorrer el bosque gustan de conocer las faenas del corte de
café, en temporada, y conversar con los trabajadores.
“Esto es un
jardín, un paraíso en medio del concreto, hecho con mucho cariño y trabajo, con
esfuerzo propio, porque no hay un programa de ayuda ante la caída de los
precios del café”, comenta Consuelo Chamorro, mientras su esposo expresa que
con el turismo se hace patria, porque si se atiende bien al turista, este se va
llevar ese buen sabor de Nicaragua y hablará bien de nuestro país.
Destino de
feligreses
A pesar de
ser el municipio más pequeño de Nicaragua, con solo 2.6 kilómetros cuadrados de
extensión, Dolores es muy visitado todo el año por creyentes católicos, porque
frente al atrio de su parroquia, Nuestra Señora de Dolores, se celebra el
famoso “Tope de Santos”, o el encuentro de los santos amigos. Esto sucede dos
veces al año, en enero y julio, durante las fiestas patronales en honor a San
Sebastián, el patrono de Diriamba, y de Santiago Apóstol, el patrono de
Jinotepe y San Marcos.
Durante
estas festividades se ejecutan los tradicionales bailes de El Toro Huaco y El
Güegüense o Macho Ratón, entre otras danzas típicas propias de la zona de
Carazo, como El Viejo y la Vieja, y El Gigante.
La fiesta
principal de Dolores es el 3 de mayo, en honor a la Santa Cruz de Redención.
Luego, el 14 y 15 de septiembre celebran a la patrona del municipio, Nuestra
Señora de Dolores, con bailes y repartición de comidas típicas, como el indio
viejo, nacatamal, sopa y chicha de maíz.
Yahoska
Quintero, Directora de Turismo de la municipalidad, dice que en Dolores
empiezan el nuevo año con el Paseo de Belén, saliendo de la parroquia. “A pesar
de que somos el pulgarcito de Nicaragua, el municipio más pequeño, tenemos el
Nacimiento más grande del país, este año va con la característica del enfoque
turístico, en el que cada casita va a representar un departamento de Nicaragua,
incluidas las dos regiones autónomas (caribeñas)”, explica.
Sitio de espiritualidad
En Dolores
está el Centro de Espiritualidad Eudista “Bethania”, de la Congregación de
Jesús y María, a cargo de los padres eudistas de Colombia, dirigido por Neguib
Eslaquit y asesorado por Germán Prieto y Orlando Castro.
Este lugar
atrae a miles de jóvenes y adultos durante el año, que llegan en busca de un
encuentro espiritual.
Edgar
Gaitán, encargado de la logística de Bethania, explica que este es un espacio
de convivencia espiritual que brinda atención a colegios, universidades, grupos
parroquiales y empresas que buscan un ambiente de finca tranquilo, para retiros,
seminarios, capacitaciones y hasta eventos festivos.
Fue fundado
en el año 2000 gracias a la donación de 70 manzanas de tierra que hizo el
ingeniero René Lacayo Debayle (q.e.p.d). Cuenta con auditorio, capilla de
oración, comedor, jardines y bosque.
“Este año
iniciamos la experiencia de 4 retiros, denominados ‘Naciendo de Nuevo’, con la
participación de un promedio de 400 personas por evento; en la Semana Santa se
realiza un evento masivo que llamamos ‘La Pascua Juvenil’, son tres días en los
que vienen a retiro entre 4 a 5 mil jóvenes. De los colegios nos visitan un
promedio de 20 mil estudiantes al año y además se celebran misas dominicales, a
las 10 de la mañana, a las que asisten entre 1,000 y 1,500 personas cada
semana”, dijo Gaitán.
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