Kecskemét, Hungría | AFP
Un arquitecto húngaro está probando una casa con paredes
llenas de agua, con la esperanza de que algún día su invento contribuya a
reducir las necesidades energéticas de la humanidad.
"Imagínense un edificio sin aislamiento, pero con un
equilibrio térmico ideal en el interior gracias a las propiedades del
agua", resume Matyas Gutai, de 34 años, quien desarrolla su proyecto y lo
patenta paso a paso desde hace una década.
En su ciudad natal de Kecskemet, al sur de Budapest, el
inventor ya puso en marcha un pequeño prototipo.
La mayoría de las paredes del edificio son paneles de vidrio
doble, con los huecos llenos de agua que, al verse expuesta al sol, va
absorbiendo el calor como lo haría una batería de coche.
El agua restituye el calor cuando el tiempo se enfría, como
si fuese un convector. De esta manera se limita la necesidad de fuentes de
calor externas, y por lo tanto el consumo energético.
La concepción de la "casa de agua" también permite
un aislamiento perfecto, aunque las paredes no midan más que cinco centímetros
de espesor, con lo que además se ahorra en materiales de construcción.
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