Ciudad del Vaticano, Italia | EFE
El papa
Francisco calificó hoy de "cínico" el comportamiento de quienes
defienden los derechos humanos pero al mismo tiempo "ignoran o no se hacen
cargo" de los inmigrantes que abandonan sus países y mueren en el intento.
El
pontífice denunció los "viajes masacradores" y las
"torturas" a las que se ven sometidas las personas que dejan sus
países con "la voluntad de vivir y trabajar en paz" y que en su
intento "acaban por morir en el desierto o en el fondo del mar".
El papa
Bergoglio recordó que la inmigración forzada está estrechamente vinculada a los
conflictos y a las guerras, "y por lo tanto al problema de la
proliferación de armas", y lo dijo en un discurso ante nuevos embajadores
que presentaron hoy sus cartas credenciales en la Santa Sede.
Dijo además
que los inmigrantes son "heridos en un mundo que es nuestro mundo, en el
que Dios nos ha colocado para vivir y nos llama a ser responsables con nuestros
hermanos y nuestras hermanas, para que ningún ser humano vea violada su
dignidad".
Las
palabras del papa argentino se conocen en la misma semana en la que decenas de
personas murieron en las aguas al sur de Italia en el Mediterráneo cuando
intentaban alcanzar las costas de este país desde el norte de África.
"Se
trata de un fenómeno muy complejo y hay que reconocer que hay en marcha
notables esfuerzos por parte de organizaciones internacionales, de estados, de
las fuerzas sociales (...) para intentar responder de manera civil y organizada
a los aspectos más críticos, a las emergencias", dijo.
Pero
Francisco opinó que ha llegado el momento de afrontar el fenómeno "con una
mirada política seria y responsable, que implique a todos los niveles,
globales, continentales, en las macrorregiones, en las relaciones entre países,
hasta el nivel nacional y local".
El papa
vinculó los fenómenos de la inmigración forzada y la proliferación de armamento
y denunció ante los diplomáticos el comercio internacional de armas.
"Todos
hablan de paz, todos declaran quererla, pero lamentablemente la proliferación
de armamentos de todo tipo va en sentido contrario", agregó el pontífice.
"El
comercio de armas tiene el efecto de complicar y alejar la solución de los
conflictos, tanto más en cuanto que se desarrolla y opera en gran parte fuera
de la legalidad", concluyó Francisco.
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