martes, 25 de febrero de 2014

Paraísos ocultos entre olas y Arenas


En el Pacífico de Nicaragua se encuentran varias de las mejores playas del mundo para surfear. Tanto es así, que en esta zona se han realizado varios campeonatos mundiales de este deporte acuático. Pero también, cerca de estas concurridas playas, semiocultas a la vista de los turistas, existen pequeñas bahías con costas de finas arenas blancas y grises donde reina la tranquilidad y el ambiente es propicio para el descanso, la relajación y el disfrute de los atardeceres en compañía de los seres queridos.

Son playas que tienen su propio encanto en el entorno natural que las rodea, donde los riscos, barrancos y peñascos bordean sus costados en algunas y los maderos, ceibos, mangos y palmeras, en otras; además de una exótica, pero rala vida animal silvestre debido a la invasión de su hábitat por tantos proyectos turísticos y habitacionales en la zona.

El destino perfecto

En estas playas, la mayoría de sus habitantes son ciudadanos nicaragüenses y extranjeros que encontraron en estos parajes el lugar ideal para construir su casa de verano o su residencia junto al mar, alejados del ruido y de las multitudes que siguen la ola del surf. Algunos han realizado inversiones y construido pequeños hostales para alojar a visitantes que esporádicamente llegan en busca de paz y esparcimiento.

Además de atender la creciente demanda de los visitantes, estos albergues también dan trabajo a pobladores locales en varios oficios, como cocineras, bármanes, camareras, meseras y otros. De igual forma, se benefician los pescadores artesanales que, desde tempranas horas de la madrugada, sacan ricos manjares del mar que luego son vendidos a hoteles, restaurantes y comedores vecinos a sus comunidades.

En algunos casos, estas playas están dentro del límite de una propiedad privada, pero tienen acceso a la costa mediante caminos paralelos para la población. En la mayoría de los casos, las playas tienen irrestricto acceso y buenos caminos que permiten la entrada en vehículos particulares y colectivos.

A veces el uso y popularidad de la playa está relacionado con la calidad de las olas, ya que las zonas donde los vientos son benignos para formar buenos tumbos por lo general siempre están concurridas por jóvenes

practicantes del surf y otros deportes extremos, mientras que donde los vientos son calmos y las olas serenas casi siempre son sitios escogidos por personas a las que les gusta disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad.

Aguas cristalinas

Marsella es una extensa playa de más de medio kilómetro de extensión, encerrada en una poco pronunciada bahía de aguas frescas y cristalinas, con una pequeña isla rocosa en forma de sombrero a unos trescientos metros de la costa. Está ubicada a solo ocho kilómetros al norte de San Juan del Sur y tiene como vecina a playa Majagual.

Su ribera, de finísimas arenas, es la materia prima de niños constructores de castillos y figuras imaginarias, así como la “cancha” natural de jugadores de voleibol de playa y el lugar predilecto para tomar el sol, meditar, leer un buen libro o simplemente para compartir en compañía de la familia o los amigos.


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