El 19.5% de
1.2 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años, que se estima hay en Nicaragua,
no estudia ni trabaja, refleja el informe “Trabajo decente y juventud en
América Latina. Políticas para la acción”, de la Organización Internacional del
Trabajo, OIT.
Según el
informe, unos 250,083 jóvenes se encuentran en estas condiciones, y de acuerdo
con dos economistas consultados, las razones son dos: no hay oportunidades
económicas, y una predominante cultura de la dependencia.
Respecto a
Centroamérica, Nicaragua está por encima de Honduras (27.5%), Guatemala (25.1%)
y El Salvador (21.0%), y solo es superada por Costa Rica que tiene un 17.4%. En
Latinoamérica, el país ocupa el décimo lugar.
El informe
de la OIT detalla que de los jóvenes que no estudian ni trabajan en Nicaragua,
el 23.9% ha perdido recientemente un empleo, el 2.7% busca trabajo, el 67.2% se
dedica a los quehaceres del hogar, y el 6.2% representa un “núcleo duro” que
aparte de no estudiar, ni trabajar, no realiza quehaceres en el hogar.
En
Latinoamérica, según la OIT, hay 108 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años,
mientras que en Nicaragua, cifras de 2012 del Banco Central, BCN, indican que
en el país hay 1,282,479 jóvenes en ese rango de edad, por lo que los llamados
“NiNi” (personas que no trabajan ni estudian) suman unos 250,0083.
Economía y
cultura
Ricardo
Pereira, sociólogo y economista, explicó que, en general, el problema del
desempleo en Nicaragua está determinado por su economía, ya que esta no logra
alcanzar niveles de empelo donde se involucre a toda su fuerza laboral,
incluidos los jóvenes.
“Y del
hecho de no trabajar, se deriva el hecho de no estudiar, porque el estudio
demanda un mínimo de ingresos, y una persona joven desempleada es candidata a
no estudiar, a menos que tenga buen respaldo familiar”, agregó.
Indicó que
el factor cultural también tiene un peso importante en el alto porcentaje de
jóvenes que no estudian ni trabajan, pues afirma que en algunos, predomina la
dependencia de políticas asistencialistas del Estado y hay una pérdida de
iniciativa en cuanto a buscar formas de obtener ingresos.
Para Nora
María Navas, especialista en Ciencias Sociales, es necesario saber en qué
invierten su tiempo estos jóvenes que no estudian ni trabajan, pues aunque
reconoció que algunos pueden acumular conocimientos por su propia cuenta, por
ser autodidactas, muchos corren el riesgo de “realizar actividades que riñen
con los valores de la sociedad”.
Mencionó
que también puede haber jóvenes que se estén dedicando a un trabajo informal,
que les genera cierto nivel de ingresos, o que apoyen la actividad laboral de
otro miembro de su familia.
La solución
Pereira
calificó como positiva la política del Gobierno de impulsar la secundaria a
distancia en el campo, la cual busca acoger a todos aquellos adolescentes que
finalizaron sexto grado y no pudieron seguir estudiando.
Esta nueva
modalidad de estudio inició el pasado 15 de febrero, y según el último reporte,
brindado por la portavoz del Gobierno, Rosario Murillo, hay 14,911 matriculados
que cada sábado asisten a clases en 452 escuelas selecciones con anterioridad.
No
obstante, Pereira afirmó que ese tipo de iniciativas deben complementarse con
programas que mejoren los ingresos de las familias rurales, pues refirió que
aunque la educación pública es gratuita, los estudios implican cierto nivel de
gasto.
El informe
de Progreso Educativo Nicaragua 2014, señala que en 2013 hubo 248,384
adolescentes de entre 13 y 17 años que quedaron fuera de la educación
secundaria, y que las razones de inasistencia a dicho nivel educativo, son “la
falta de interés” (38.1%), “la falta de dinero” (26.2%), y “el trabajo o
labores del campo” ( 15.3%).
No hay comentarios:
Publicar un comentario