viernes, 28 de febrero de 2014

250 mil jóvenes ni estudian ni Trabajan


El 19.5% de 1.2 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años, que se estima hay en Nicaragua, no estudia ni trabaja, refleja el informe “Trabajo decente y juventud en América Latina. Políticas para la acción”, de la Organización Internacional del Trabajo, OIT.

Según el informe, unos 250,083 jóvenes se encuentran en estas condiciones, y de acuerdo con dos economistas consultados, las razones son dos: no hay oportunidades económicas, y una predominante cultura de la dependencia.

Respecto a Centroamérica, Nicaragua está por encima de Honduras (27.5%), Guatemala (25.1%) y El Salvador (21.0%), y solo es superada por Costa Rica que tiene un 17.4%. En Latinoamérica, el país ocupa el décimo lugar.

El informe de la OIT detalla que de los jóvenes que no estudian ni trabajan en Nicaragua, el 23.9% ha perdido recientemente un empleo, el 2.7% busca trabajo, el 67.2% se dedica a los quehaceres del hogar, y el 6.2% representa un “núcleo duro” que aparte de no estudiar, ni trabajar, no realiza quehaceres en el hogar.

En Latinoamérica, según la OIT, hay 108 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años, mientras que en Nicaragua, cifras de 2012 del Banco Central, BCN, indican que en el país hay 1,282,479 jóvenes en ese rango de edad, por lo que los llamados “NiNi” (personas que no trabajan ni estudian) suman unos 250,0083.

Economía y cultura

Ricardo Pereira, sociólogo y economista, explicó que, en general, el problema del desempleo en Nicaragua está determinado por su economía, ya que esta no logra alcanzar niveles de empelo donde se involucre a toda su fuerza laboral, incluidos los jóvenes.

“Y del hecho de no trabajar, se deriva el hecho de no estudiar, porque el estudio demanda un mínimo de ingresos, y una persona joven desempleada es candidata a no estudiar, a menos que tenga buen respaldo familiar”, agregó.

Indicó que el factor cultural también tiene un peso importante en el alto porcentaje de jóvenes que no estudian ni trabajan, pues afirma que en algunos, predomina la dependencia de políticas asistencialistas del Estado y hay una pérdida de iniciativa en cuanto a buscar formas de obtener ingresos.

Para Nora María Navas, especialista en Ciencias Sociales, es necesario saber en qué invierten su tiempo estos jóvenes que no estudian ni trabajan, pues aunque reconoció que algunos pueden acumular conocimientos por su propia cuenta, por ser autodidactas, muchos corren el riesgo de “realizar actividades que riñen con los valores de la sociedad”.

Mencionó que también puede haber jóvenes que se estén dedicando a un trabajo informal, que les genera cierto nivel de ingresos, o que apoyen la actividad laboral de otro miembro de su familia.

La solución

Pereira calificó como positiva la política del Gobierno de impulsar la secundaria a distancia en el campo, la cual busca acoger a todos aquellos adolescentes que finalizaron sexto grado y no pudieron seguir estudiando.

Esta nueva modalidad de estudio inició el pasado 15 de febrero, y según el último reporte, brindado por la portavoz del Gobierno, Rosario Murillo, hay 14,911 matriculados que cada sábado asisten a clases en 452 escuelas selecciones con anterioridad.

No obstante, Pereira afirmó que ese tipo de iniciativas deben complementarse con programas que mejoren los ingresos de las familias rurales, pues refirió que aunque la educación pública es gratuita, los estudios implican cierto nivel de gasto.


El informe de Progreso Educativo Nicaragua 2014, señala que en 2013 hubo 248,384 adolescentes de entre 13 y 17 años que quedaron fuera de la educación secundaria, y que las razones de inasistencia a dicho nivel educativo, son “la falta de interés” (38.1%), “la falta de dinero” (26.2%), y “el trabajo o labores del campo” ( 15.3%).

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