ORACIÓN A NUESTRO SEÑOR MISERICORDIOSO.
Oh,
Dios misericordioso que no nos desprecias sino que continuamente
nos colmas de
tus gracias, nos haces dignos de Tu reino y en Tu bondad llenas con los hombres
los lugares abandonados por los ángeles ingratos. Oh Dios de gran misericordia
que has apartado Tu santa vista de los ángeles rebeldes dirigiéndola al hombre
arrepentido, sea honor y gloria a Tu misericordia infinita...” (Diario, 1339).
“Oh Jesús, deseo vivir el momento actual, vivir como si este día fuera el
último de mi vida: aprovechar con celo cada momento para la mayor gloria de
Dios, disfrutar de cada circunstancia de modo que el alma saque provecho. Mirar
todo desde el punto de vista de que sin la voluntad de Dios no sucede nada. Oh
Dios de misericordia infinita, abraza al mundo entero y derrámate sobre
nosotros a través del piadoso Corazón de Jesús” (Diario, 1183).
“Oh Dios de gran misericordia, bondad infinita, hoy toda la humanidad pide,
desde el abismo de su miseria, Tu misericordia, Tu compasión, oh Dios; y llama
con la potente voz de la miseria. Dios indulgente, no rechaces la oración de
los desterrados de esta tierra. Oh Señor, Bondad inconcebible que conoces
perfectamente nuestra miseria y sabes que por nuestras propias fuerzas no
podemos ascender hasta Ti, Te imploramos, anticípanos Tu gracia y multiplica
incesantemente Tu misericordia en nosotros para que cumplamos fielmente Tu
santa voluntad a lo largo de nuestras vidas y a la hora de la muerte. Que la
omnipotencia de Tu misericordia nos proteja de las flechas de los enemigos de nuestra
salvación, Amen.
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