AFP
Occidente
intensificaba este miércoles su campaña diplomática con Rusia para tratar de
calmar la situación en Ucrania, donde Moscú no deja de alertar sobre la
presencia de un "fascismo" en auge.
Este
miércoles está previsto en Moscú un encuentro entre el presidente en ejercicio
de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), el
suizo Didier Burkhalter, y el presidente ruso, Vladimir Putin. La visita de Burkhalter
forma parte de los esfuerzos renovados de los europeos para encontrar una
salida pacífica a la crisis.
Ucrania se
encuentra desgarrada entre un poder central nacionalista y proeuropeo y unas
milicias prorrusas que no reconocen a estas autoridades y se hicieron con más
de 10 ciudades en el oriente del país. El Gobierno de Kiev ha enviado su
ejército a una de ellas, Slaviansk, para tratar de recuperarla.
A pocas
horas del encuentro, el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, dio el
tono acusando a los europeos de ignorar el "fascismo" en auge en
Ucrania. El poder ruso no deja de utilizar este término para descalificar a las
autoridades interinas de Kiev y sus apoyos, a medida que se acerca la
celebración en Rusia del triunfo sobre el nazismo el 9 de mayo.
"Lo
que ocurrió en Odesa el 2 de mayo es fascismo puro", aseveró el ministro,
refiriéndose al incendio en la Casa de los Sindicatos que el viernes le costó
la vida a 42 personas, en su mayoría militantes prorrusos. "Desde hace
años Europa hace como si no viera la forma en que el fascismo ha estado ganando
nuevos apoyos y sus promotores reclutando a seguidores", añadió Lavrov.
Burkhalter
pidió el martes seguir en la línea del acuerdo diplomático del 17 de abril
entre Ucrania, Rusia, la UE y Estados Unidos, que buscaba calmar la situación
en el oriente ucraniano y finalmente quedó en papel mojado. También reclamó un
"alto el fuego" para que pueda celebrarse la elección presidencial
prevista el 25 de mayo, de la que saldrá el sucesor de Viktor Yanukovich,
allegado a Moscú y destituido por el Parlamento el 22 de febrero.
Rusia, que
no reconoce a las autoridades interinas instaladas desde entonces en Kiev,
considera "absurdo" celebrar la elección dado el contexto violento
actual.
El FMI
desbloquea ayuda
Por otro
lado, el ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, mantenía
conversaciones este miércoles en Kiev. El funcionario dijo que hay
"tremendos desafíos de seguridad y económicos".
Ucrania
acaba de recibir un primer préstamo de 3.190 millones de dólares como parte del
plan de asistencia de 17.000 millones adoptado a fines de abril por el Fondo
Monetario Internacional (FMI).
En el
terreno, en Slaviansk, epicentro de los enfrentamientos entre prorrusos y
fuerzas regulares ucranianas, se escucharon disparos con armas pesadas y
ráfagas de fusiles automáticos la madrugada del miércoles. "Esta mañana
hubo combates en los puntos más calientes", confirmó a AFP la portavoz de
los insurgentes prorrusos, Stella Jorocheva. "Los nazis no se detienen con
nada".
La bandera
rusa, que ondeaba desde hace semanas en el ayuntamiento de Slaviansk, ya no era
visible este miércoles de mañana. La portavoz no confirmó su retirada y formuló
la hipótesis de que la hayan quitado para "hacerle entender al resto del
mundo que aquí no hay soldados rusos".
El gobierno
de Kiev dijo haber matado en esta operación a más de 30 rebeldes, pero también
ha sufrido al menos nueve bajas y perdido tres helicópteros de asalto, abatidos
por los separatistas.
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