AFP
El
presidente estadounidense, Barack Obama, llegó este lunes a Filipinas para
fortalecer los lazos de defensa en la última etapa de una gira por Asia
realizada en un contexto de tensión territorial entre los aliados de Estados
Unidos y China.
Obama voló
a Manila desde Malasia, donde horas antes los aliados habían firmado un nuevo
acuerdo de defensa que permite el aumento de la presencia militar
estadounidense en Filipinas.
Filipinas
mantiene una disputa territorial con China sobre la soberanía de unos atolones
en el mar de China Meridional, que avivó las tensiones en el continente
asiático.
"Nuestro
objetivo no es oponernos a China. Nuestro objetivo no es contener a
China", dijo Obama durante una rueda de prensa con el presidente filipino,
Benigno Aquino. "Nosotros vemos con agrado el ascenso pacífico de China.
Tenemos una relación constructiva con China", dijo Obama.
A su paso
por Japón, Corea del Sur y Malasia, Obama reiteró que las pequeñas naciones no
deben sentirse intimidadas por las grandes, en referencia a los conflictos
territoriales cada vez más frecuentes con Pekín.
Conflictos
territoriales
El
presidente de EEUU, Barack Obama (i), estrecha la mano de su homólogo de
Filipinas, Benigo Aquino, el 28 de abril de 2014 en Manila
Al inicio
de su viaje, Obama dejó claro que los tratados de defensa firmados entre
Estados Unidos y Japón cubren también las islas administradas por Tokio en el
mar de China Oriental bajo el nombre de Senkaku, y que China reivindica con el
nombre de Diaoyu. "El acuerdo entre EE.UU y Japón cubre específicamente el
territorio bajo administración japonesa", dijo el adjunto del consejero de
seguridad nacional, Ben Rhodes.
Sin
embargo, respecto a la disputa territorial con Filipinas, los funcionarios
estadounidenses no creen que el acuerdo de defensa firmado entre ambos países
este lunes incluya esta cuestión. "Con respecto a algunas de las difíciles
cuestiones territoriales que estamos analizando, es difícil especular sobre
ellas, ya que implican situaciones hipotéticas en el mar de China
Meridional", añadió Rhodes.
El acuerdo
entre Manila y Washington, por una duración de diez años, permitirá una mayor
presencia norteamericana en el archipiélago, sin que ello implique el
estacionamiento permanente de tropas norteamericanas en el país, como ocurrió
durante décadas.
"Una
cooperación más estrecha entre las fuerzas (armadas) estadounidenses y
filipinas permitirá mejorar sus capacidades conjuntas de entrenamiento y
operativas, respondiendo más rápidamente ante una serie de situaciones",
afirmó el presidente norteamericano en un mensaje escrito a la cadena de televisión
local ABS-CBN.
Filipinas
fue sede de dos de las mayores bases militares estadounidenses en el extranjero
hasta 1992, cuando Manila puso fin al arrendamiento de estas bases en un
contexto de creciente sentimiento antiestadounidense.
Con el
aumento de la inquietud regional respecto al ascenso chino, Manila ha buscado
reforzar en los últimos años sus vínculos militares con Washington.
El acuerdo
con este archipiélago, de casi 100 millones de habitantes, es visto como un
elemento más de los esfuerzos de Obama para 'recentrar' la posición militar,
política y económica de su país en Asia.
El
presidente norteamericano ha reiterado en varias ocasiones que su estrategia de
reconcentrar su posición en Asia no mira a contener el aumento de la influencia
china en la región.
Sin
embargo, los responsables estadounidenses también culpan a China del aumento de
las tensiones en la región por las disputas fuera de sus aguas territoriales.
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