El papa
Francisco exhortó a los mafiosos a “cambiar vida” y a convertirse, a la vez que
condenó “el poder y el dinero ensangrentado” de la mafia, al término de un
encuentro en una iglesia de Roma con familiares de las víctimas del crimen
organizado.
“Dejen de
hacer el mal, conviértanse”, suplicó el papa Francisco, dirigiéndose “a los
hombres y a las mujeres de la mafia” de todos los continentes.
“El poder,
el dinero que tienen hoy, proviene de muchos crímenes mafiosos, es un dinero
ensangrentado, sucio, que no los llevará al paraíso”, advirtió el pontífice
argentino ante los representantes de unos 15,000 familiares de personas
asesinadas, heridas o extorsionadas por las diversas organizaciones criminales
de Italia.
Evitar el
infierno
“Conviértanse.
Aún tienen tiempo para evitar el infierno, porque es el infierno lo que les
espera si siguen por ese camino”, instó de nuevo el papa desde la iglesia
romana de San Gregorio VII.
Un
llamamiento fuerte y emblemático del pontífice argentino, comparado al lanzado
por el papa Juan Pablo II en Sicilia en 1993 un año después de los dos
tremendos atentados en los que murieron los jueces antimafia Giovanni Falcone y
Paolo Borsellino.
Francisco
aceptó participar por primera vez a la víspera de la XIX “Jornada de la memoria
y del compromiso”, organizada en Latina (sur de Italia) por la asociación
antimafia Libera, fundada por el combativo religioso italiano don Luigi Ciotti.
Una
muchedumbre aplaudió al pontífice argentino al ingresar tomado de la mano por
Ciotti a la moderna iglesia romana para la vigilia de oración con el papa.
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