Granada, la ciudad colonial, compañera por siempre del Gran
Lago Cocibolca, vestida de gala en todo su esplendor, con mantas alusivas al X
Festival Internacional de Poesía de Granada en todas sus calles, dio la
bienvenida a los embajadores poéticos del mundo, que llegaron a ella como
sedientos de versos.
Inusualmente borrascosa, con ennegrecidas y amenazantes
nubes, saludó a los visitantes. Buses cargados con maletas iban de hotel en
hotel dejando a los poetas, mientras los que habían venido desde antes
aprovechaban para conocer la ciudad.
Poetas sin libros
En la Plaza de la Independencia, un toldo servía de refugio
para quienes, aun amando la poesía, han permanecido en el anonimato. Ese
espacio, llamado Micrófono Abierto, es sin duda uno de los pilares
fundamentales del Festival Internacional de Poesía de Granada, que en su décima
edición, que inició ayer, está homenajeando al Príncipe de la Letras
Castellanas, Rubén Darío.
El embajador de Francia, Antoine Joly, fue el encargado de
inaugurar ese espacio con versos aclamados por los presentes, un auditorio fiel
que sobrepasa las expectativas de cualquier persona, puesto que durante toda la
jornada del Micrófono Abierto hubo público.
Por la tarde, sorprendió ver cómo, convencida de su talento,
una señora que ya sobrepasa los 60 años, ataviada con un vestido rosa,
decidida, subió al estrado. No tenía un libro entre sus manos, en un país donde
publicar no es tarea fácil; sin embargo, en un cuaderno asido con un colocho
metálico, llevó sus versos y los compartió en plena libertad.
Banquete de libros
El Micrófono Abierto estaba en el corazón de la Feria del
Libro, un banquete para los amantes de la lectura, sin importar el género.
Fueron 17 editoriales las que se dieron cita para constituir un cóctel
explosivo y atractivo en el que fácilmente un ávido lector gastaría una fortuna
y quedaría insatisfecho por no comprar todo lo que ahí se exhibe.
Literatura nicaragüense, universal, religiosa e infantil son
algunas de las opciones ahí existentes, así que la tarea no es sencilla cuando
se trata de elegir.
En horas de
la tarde una de las salas de exhibición del Convento de San Francisco se
convirtió en el hogar de la exposición itinerante de las cartas, manuscritos y
documentos personales de Rubén Darío, los que Francisca Sánchez del Pozo, la
última compañera sentimental del poeta, legó al Gobierno español, el que a su
vez los confió al resguardo de la Universidad Complutense de Madrid.
La
exposición fue inaugurada por Francisco de Asís Fernández, presidente del
Festival Internacional de Poesía de Granada, así como por el embajador de
España en Nicaragua, señor León de la Torre Krais, uno de los principales
responsables de la llegada de los documentos a Nicaragua.
Asimismo,
el estudioso de la obra de Rubén Darío, doctor Jorge Eduardo Arellano, fue el
encargado de explicar a los poetas e invitados especiales la trascendencia del
archivo y su procedencia.
La exposición permanecerá abierta al público durante toda la
semana y es una gran oportunidad para poder conocer de primera fuente el legado
de Darío.
Hoy continuará el festival con presentaciones de libros,
lecturas de poesía y la feria del libro.
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