jueves, 16 de julio de 2015

En la celda de “El Chapo” sólo permanecen el hedor y el Silencio

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México 

Veinte puertas con barrotes de apertura eléctrica, laberínticos pasillos y un sinfín de cámaras y guardas separan el acceso al penal Altiplano I de la celda de Joaquín "El Chapo" Guzman, donde el hedor y el silencio se filtran hacia el interminable túnel que le permitió escapar.

La calma, especialmente densa en el pabellón de Tratamientos Especiales donde está la celda, sólo es interrumpida por la multitud de periodistas que por turnos entran estos días a la prisión de máxima seguridad para tratar de entender un poco más esa fuga de película.

Guzmán compartía ese pabellón, de 20 celdas, con otros 17 reos que asisten sin interés a una visita organizada por el Gobierno mexicano para mostrar el lugar a dos decenas de medios extranjeros y hacer un alarde de unas medidas de seguridad que parecen una broma de mal gusto ante la sorprendente fuga del delincuente.

Los reos visten todos de color caqui y apenas son visibles a través de las rejas. Los periodistas intentan observarlos y reconocerlos cada vez que la comitiva de seguridad que los acompaña, o más bien trata de controlar su curiosidad, se relaja un poco.

Varios narcos recluídos en este penal

No en vano en el penal Altiplano I están recluidos Servando Gómez "La Tuta", el peligroso líder de los Caballeros Templarios; Édgar Valdez Villarreal "La Barbie", operador del cártel de los Beltrán Leyva, y José Luis Abarca, exalcalde de Iguala, acusado de la desaparición de los 43 estudiantes de Guerrero en septiembre pasado. Lugar donde estaba ubicada la ducha en la celda de Guzmán. EFE- Lugar donde estaba ubicada la ducha en la celda de Guzmán. EFE -

Un preso con el pelo canoso lee tranquilo unos papeles sobre un catre en la celda 15, a sólo cinco metros de distancia de la marcada con el número 20, la de "El Chapo", y más tarde llega por el pasillo otro reo de aspecto inofensivo, calvo y con algunos kilos de más al cubículo de al lado, custodiado por dos guardias.

"¿Tuviste visita?" Le consulta un custodio. Asiente. "¿Todo bien?", vuelve a preguntar el custodio. "Sí", responde escueto con la cabeza gacha el recluso, que camina con las manos cruzadas en la espalda.

Más tarde los integrantes de otro grupo de reporteros dicen haber visto a "La Tuta" y aseguran incluso que les ha espetado un "Que les aproveche".

Para llegar al pasillo donde se encuentran las celdas de la 11 a la 20 es necesaria mucha paciencia. Recibidos por una torrencial lluvia, los visitantes tienen que mostrar en una decena de ocasiones su rostro y una identificación frente a una cámara o al funcionario de turno de alguna ventanilla.

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